Si no se juzga un libro por su portada, tampoco a una banda por su nombre. La llegada de Él Mató un Policía Motorizado generó revuelo en portales y medios sensacionalistas de la provincia que, como siempre, se quedaron en los títulos, desconociendo la carrera de este grupo platense a punto de cumplir 20 años de existencia y que, a fuerza de hits que ya son clásicos del cancionero del popular, se ganó su merecido lugar entre los grandes grupos que representan al país en el mundo.
Pero no solo eso, son los referentes de un nuevo estilo abrazado al indie, lograron un sonido propio e identitario, poderoso, pero suave, con historias sencillas y cotidianas, fáciles de empatizar y llenas de melancolía. «Ahora, somos nuevos creadores de rock and roll, tranquilos, todo va a estar más o menos bien», reconocen en una de sus canciones y por dos horas todo estuvo mucho más que más o menos bien.
El tesoro
De las 75 fechas que Él Mató programó en su intensa gira mundial 2022, la número 72 fue Resistencia, la única del NEA, y por eso fans, simpatizantes y seguidores se arrimaron desde las diferentes latitudes de la región y colmaron el estadio del Central Norte, con la calidez y el respeto que el público litoraleño sabe tener. «Vienen bajando, las multitudes inquietas, con su espalda rota en los festejos de primavera».
Y fue un gran e intenso feedback ya que la misma humildad demostró la banda que brindó un show for export, que no solo recorrió el país, sino también los principales países del mundo: México, Colombia Chile, Paraguay, Brasil, España, Alemania y Estados Unidos y que se pudo disfrutar en la provincia gracias al trabajo de la productora Mambo Produce, que acerca estas joyas para atesorar en los arcones de la memoria.
Un sonido impecable y poderoso que vibró en cada punto del microestadio, y puso a bailar a más de mil almas que cantaron sonrientes y extasiadas cada una de las canciones propuestas en la lista que sintetizó no solo a O’Konor, sino lo mejor de su discografía, e incluso emocionó hasta las lágrimas.
Toda la noche llorando
«¡Santiago haceme llorar!», se escuchó el pedido entre los gritos del público, porque la sensibilidad ya no es motivo de vergüenza ni merece ser ocultada, sino todo lo contrario. Y de eso sabe Él Mató, que, tras las distorsión y riffs de las guitarras de Pantro Puto (Mánuel Sánchez Viamonte) y de Niño Elefante (Gustavo Monsalvo), el noise pop de los teclados de Chatrán Chatrán (Agustín Spasoff) y estribillos repetitivos y pegadizos en la voz de Santiago Motorizado (Barrionuevo) también a cargo del bajo y el timmer de la batería de Doctora Muerte (Guillermo Willy Ruiz Díaz) saben cómo clavar la Excaliburen el medio del corazón. «¿Quieren más?», preguntó al estadio una y otra vez Santiago, y la respuesta siempre fue un rotundo sí, y así interpretó cada una de las canciones que son himnos generacionales: «El perro», «Hacia otra ciudad», «Yony B», «El magnetismo»; «Mujeres bellas y fuertes» , «Destrucción» «Alguien que lo merece», «Vienen bajando» o «Nuevos discos», «Excalibur», «Mundo extraño», «Amigo piedra», «La noche eterna» y por supuesto «El tesoro», que no faltó para ir cerrando una noche eterna en la que el cosmos cuidó a todos por igual.
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