Falta menos de un mes para el regreso a la provincia de La Delio Valdéz, el sábado 22 de julio en el microestadio del Club Sarmiento, con el show «La gira y la serenata». Para comenzar a palpitar el espectáculo, y conocer los entretelones de esta orquesta, y Calcucha dialogó con Pablo Broide, saxofonista y uno de los 16 integrantes de una de las bandas más representativas del país.
En primer lugar, el músico adelantó que a pesar de haber pasado por la región e incluso por Resistencia misma, es la primera vez que presentarán este show. «La vez pasada lo hicimos en Corrientes y la idea es alternar un poco, ya que son un público un poco parecido y un poco distinto», reconoció. En este sentido describió: «Resistencia es una ciudad que he tenido la posibilidad de conocer y tiene una energía muy zarpada, movida cultural, una bohemia muy especial», señaló. «Nos recibieron de una manera hermosa, la verdad que tardamos un poco en llegar al norte, fue los últimos lugares del país que pudimos ir con la banda, pero nos ha dado solamente alegrías desde entonces», comentó.
Ante esto Broide anticipó: «El público se va a encontrar con una propuesta distinta a la que pudieron ver aquella vez en la Bienal, que fue un show más corto, en un escenario en el que no podemos intervenir tanto. En cambio en esta es una fecha propia, entonces por un lado es un show más extenso, que es la presentación de nuestros disco de estudio «El tiempo y la serenata» y su posterior versión en vivo que es «La gira y la serenata» y es un show muy trabajado, con muchas cositas que se fueron sumando, porque realmente giramos mucho y cada fin de semana se van sumando cosas nuevas, más trabajo que hacemos en la semana con diferentes especialistas, y realmente es un show que está muy desarrollado, que va a ser distinto a lo que hicimos en la Bienal en Resistencia, y también va a ser distinto a lo que hicimos en Corrientes , porque ha pasado un año, el show ha crecido un montón», aseguró.
En referencia a la repercusión de su último disco en estudio, el saxofonista describió: «Nos pasa que al no ser una banda que tiene tal vez una pata muy pesada sobre los medios de comunicación o al ser independientes no tenemos la capacidad de instalar los temas de la noche a la mañana, sino que hay un laburo que, lo mismo que fue pasando con la banda, es más de a poquito, que se va haciendo con el boca en boca y que se va armando, entonces los temas mismos van circulando de esa manera», explicó.
Música cooperativa
Atento a esta independencia que eligieron como forma de proyecto, La Delio Valdez es una de las primeras bandas del país que se constituyó como una cooperativa de trabajo. Sobre esta experiencia Broide explicó: «En realidad lo que hicimos fue como juntar dos cosas que estaban. Pasa mucho en la cultura, y en la música en particular, que el asociativismo se da naturalmente en muchos aspectos, no en todos, hay un montón de proyectos que funcionan de otra manera, pero sí es una de las formas de organizarse de los proyectos musicales. Pero no se había vinculado eso con la cooperativa en términos de la historia del cooperativismo de la Argentina, del recurso de la cooperativa como una estructura legal, fiscal, etcétera, es como que nunca se habían vinculado ambas cosas por más de que están relacionadas», explicó. «Entonces con La Delio fue juntar un poco eso, traíamos toda una cuestión que tiene que ver con la independencia a nivel de desarrollo del producto, con la autogestión, que era algo que sí se ve más y que también en la música esas palabras usan mucho», relató Broide. «En un momento la banda fue creciendo y nos dimos cuenta que la forma en que nos organizamos para trabajar era una cooperativa, entonces a la hora de tener que formalizar el proyecto en términos legales y fiscales, fuimos a buscar la matrícula cooperativa porque sentíamos que era lo que nos correspondía según nuestra forma de organizarnos», recordó. Por esto, al hablar de los resultados, indicó: «La verdad que nos ha dado muchas ventajas, nos ha ayudado un montón en términos de poder acercarnos a una de las cosas más importantes que es tener dignidad como trabajadores de la música, nos vemos como trabajadores y trabajadoras de la música, cosa que muchas veces no se lo ve así y realmente es raro, porque muchas veces se piensa que quien se dedica a la música es un vago hippie que labura de otra cosa o tal vez alguien mágico que es rico y como que no hay trabajo, hay solamente un don», ejemplificó el imaginario colectivo. «Y la idea nuestra es que la música es un trabajo que implica dedicación, formación y nuestro objetivo siempre con La Delio era poder obtener las mismas condiciones de trabajo dignas que cualquier otro trabajador o trabajadora que está en condiciones de formalidad laboral y la cooperativa nos ayudó a obtener muchas de esas cosas», aseguró y enumeró: «Desde tener ingresos formales, una estructura legal que protegiera nuestra fuente de trabajo, acceder a beneficios fiscales, subsidios, acceso a crédito que si bien para las cooperativas no es lo mismo que para otros sectores de las industrias, creo que en la pandemia se vio muy claro esta diferencia que hay, pero por ejemplo nos ayudó a sobrevivir un poco mejor el tiempo que estuvimos sin trabajar», describió. Al mismo tiempo añadió que «no es que nosotros nos planteamos de un principio vamos a hacer una banda que sea cooperativa, sino que la cooperativa fue una forma de organización que nos vino bien y sirvió para que el proyecto creciera y por eso la tomamos».
Big band
Otra característica de La Delio Valdez es su cantidad de integrantes. Por esto, al hablar sobre la dinámica de la banda, Broide explicó: «Es algo que tiene sus ventajas y sus ventajas, a veces pienso que si sos poca gente es más fácil que las cosas se traben en una discusión, porque si son cuatro y uno no está de acuerdo, te hace el 25% en contra, en cambio siendo tanta gente es como que las decisiones maduran mucho más fácil y se traban menos a veces», aseveró. «También tenés un poder de acción muy fuerte, ya desde el principio pasaba que en La Delio, uno invitaba a dos o tres amigos y ya había gente, pero también en términos de mano de obra para producir, para trabajar, para crecer somos mucha gente trabajando en eso, avanzando, poniendo nuestra cabeza, nuestro corazón, nuestra creatividad, entonces realmente mucho poder», aseveró.
No obstante, reconoció: «Después sí tiene sus cosas, por ejemplo, somos una estructura muy grande, la toma de decisiones a veces puede ser un poco lenta. Los proyectos de orquestas en el contexto de la industria musical son raros, es una industria que está yendo más a lo contrario, cada vez más un proyecto musical exitoso es un rostro y una computadora, y alguien detrás de la computadora, casi que ni las voces importan tanto porque suenan todos estéticamente muy similares por los procesamientos, entonces nosotros apostamos a algo que va a contramano de eso y hacemos un gran esfuerzo para que esta estructura tan grande tenga la mayor agilidad posible», comparó.
Tras lo cual de forma alegórica explicó: «Somos un elefante, pero en un mundo donde cada vez quedan menos elefantes, para sobrevivir y seguir avanzando tratamos de ser un elefante lo más ágil posible, no estar con tanto sobrepeso para movernos, tener flexibilidad. Hay una cultura cooperativa que se va armando con los años que nos va dando una forma propia de hacer y vamos encontrando el camino para ir tomando las decisiones, haciendo las cosas, y ahora que nos viene yendo bien con esto y va creciendo cada vez más y se abren cada vez nuevas puertas», compartió las experiencias de catorce años de trabajo que los llevaron a posicionarse como una de las mejores bandas del país.
El lenguaje de la cumbia
La Delio, además de ser una gran orquesta, independiente y cooperativa, también se identificó con un ritmo popular. «La cumbia es una música que en todo el país nos atraviesa desde ya algunas generaciones. En el Chaco es hermoso porque tienen cumbias muy propias que se escuchan allá y ese fenómeno, es algo que pasa en muchos lugares del país y es muy especial eso de la cumbia, no pasa con muchos géneros musicales de salir del lugar de donde nacieron, la cumbia nace como un folclore, como podríamos hablar del chamamé o de la chacarera, en un lugar de Colombia, pero tiene esa característica que empieza a viajar y viajar y a sentarse en distintos lados y a volverse local», señaló. «Vivimos en un país que tiene muchísimas expresiones locales, regionales de la cumbia y que muchas generaciones ya nos criamos bailando y escuchando cumbia», describió. «Creo que nos fue juntando esa intención de tocar este ritmo que nos hizo muy felices, que nos lleva a lugares muy lindos, que veíamos que genera algo muy lindo en el público, creo que uno como músico es como una de las cosas más importantes creo que es poder conmover a la gente que te está escuchando, que es donde termina de armarse la música finalmente y entendemos que acá la cumbia tiene un poder muy grande hacia adentro y hacia afuera, a nosotros nos conmueve mucho, nos gusta, disfrutamos de tocarla, nos divertimos, nos emociona y en el público vemos que pasa lo mismo, entonces termina siendo un lenguaje de expresión para todo un grupo de personas como lo es para todo un continente», finalizó.
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